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Síntomas de sangrado

Síntomas de sangrado

¿Qué síntomas de sangrado
no se consideran normales?

En la etapa infantil, los primeros signos de un posible trastorno de la coagulación suelen ser el sangrado abundante o frecuente por la nariz y el sangrado de las encías, así como la propensión a tener moretones o los sangrados prolongados incluso tras heridas poco importantes. Una vez superada la etapa infantil, el sangrado durante la menstruación puede ser problemático y puede darse un sangrado excesivo al dar a luz, tras una cirugía o tras la extracción de un diente. Otros síntomas de sangrado más graves, pero menos frecuentes, son el sangrado gastrointestinal, los hematomas musculares (inflamación producida por la acumulación de sangre coagulada) o los hemartros (sangrados en las articulaciones).
Síntomas de sangrado

Sangrados nasales

Los sangrados nasales son algo habitual y cualquier persona puede sangrar por la nariz, pero estos sangrados son más frecuentes en niños, en personas mayores y durante el embarazo. El sangrado puede surgir de uno de los orificios de la nariz o de los dos, puede ser más o menos abundante y suele durar pocos minutos. Estos sangrados no suelen ser graves, pero si tus sangrados nasales duran más de diez minutos,, podrían indicar la presencia de una enfermedad médica.

Los sangrados nasales se originan en los diminutos y delicados vasos sanguíneos de la nariz, que se dañan con facilidad al hurgarse o sonarse demasiado fuerte, o al sufrir alguna lesión nasal menor. También pueden producirse por cambios de temperatura o de humedad que resecan el interior de la nariz. Estos sangrados nasales son más habituales en niños que en adultos y, normalmente, pueden tratarse en casa.

Cuando el origen del sangrado se sitúa en un punto más profundo de la nariz, puede ser más grave y requerir atención médica. Las causas de este tipo de sangrado nasal son cirugías, lesiones en la nariz o la cabeza, o medicamentos que evitan la formación de coágulos de sangre o trombos. Los sangrados nasales abundantes también pueden producirse si la coagulación sanguínea no funciona adecuadamente debido a algún trastorno de la coagulación, como la hemofilia o la enfermedad de Von Willebrand (EVW). De hecho, los sangrados nasales frecuentes y prolongados son un síntoma típico de la EVW.1

Si te preocupa algún sangrado nasal que hayas tenido, haz el test de sangrado en VWDtest.com.

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Bibliografía
  1. de Wee EM, et al. Thromb Haemost 2012; 108:683-92.

Sangrados bucales

Los sangrados bucales suelen producirse en las encías que rodean los dientes, aunque también puede sangrar la lengua, los labios o la parte interna de las mejillas. Estos sangrados suelen estar causados por accidentes. El sangrado de las encías puede aparecer por la inflamación de estas, lo que se conoce como gingivitis, una enfermedad leve y frecuente. Si tienes gingivitis, posiblemente presentes hinchazón, enrojecimiento y dolor en las encías, así como sangrado al cepillarte los dientes, usar el hilo dental o comer alimentos duros. La gingivitis crónica puede afectar a tus hábitos de alimentación, tu vida social y tus relaciones, por lo que influye de manera importante en tu calidad de vida. En personas sanas, el sangrado que se produce tras cepillarse los dientes o usar el hilo dental desaparece en cuestión de segundos. Sin embargo, si tienes la EVW, puede que te sangren las encías a menudo y que el sangrado dure 5 minutos o más.

Para evitar este tipo de sangrado, se recomienda cepillar los dientes durante dos minutos, dos veces al día. La pasta de dientes con flúor ayuda a mantener la salud de encías y dientes. Junto a las revisiones periódicas, su uso reducirá la necesidad de cirugías y extracciones de dientes. Por tanto, es recomendable que acudas a un dentista al menos dos veces al año.1

Si te preocupa algún sangrado bucal que hayas tenido, haz el test de sangrado en VWDtest.com.

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Bibliografía
  1. Directrices para el tratamiento odontológico de pacientes con trastornos de la coagulación hereditarios de la FMH; https://elearning.wfh.org/es/resource/guias-para-el-tratamiento-odontologico-de-pacientes-con-trastornos-de-la-coagulacion-hereditarios//; último acceso en noviembre de 2022.

Propensión a los hematomas

Los hematomas o moretones son la reacción de la piel a un traumatismo menor, como un accidente, una caída o un procedimiento médico. Los vasos sanguíneos situados debajo de la piel se dañan por el traumatismo y la sangre se filtra al tejido adyacente, se concentra bajo la piel y forma un moretón negro, morado o azulado. A medida que se va curando, el color pasa a ser marrón o amarillento antes de desparecer por completo.1,2

La mayoría de los moretones son inofensivos y se curan sin necesidad de tratamiento. Si fuese necesario, normalmente pueden tratarse con un botiquín de primeros auxilios sencillo, por ejemplo, aplicando frío para reducir la inflamación, elevando la zona del moretón por encima del nivel del corazón o tomando medicamentos para el dolor de venta sin receta, como el paracetamol.2,3

Aunque todos podemos tener moretones, algunas personas los tienen con más facilidad y con mayor frecuencia. Los moretones pueden aparecer por el uso de algunos medicamentos, por ejemplo, los medicamentos para el dolor o los anticoagulantes, o por la falta de algunas vitaminas, como la vitamina C o la vitamina K. Algunas enfermedades también provocan propensión a los moretones, incluidos los trastornos de la coagulación como la enfermedad de Von Willebrand.2 Las personas con esta enfermedad pueden presentar moretones diaria o semanalmente tras pequeños golpes o lesiones, así como otros síntomas de sangrado como sangrados nasales o de las encías.4

Acude al médico si tienes moretones sin causa aparente, si te sangra la nariz o las encías a menudo o si tienes familiares a quienes también les salen moretones con facilidad.

Si te preocupa algún sangrado o moretón que hayas tenido, haz el test de sangrado en VWDtest.com.

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Heridas menores

Una herida es una lesión sobre un tejido vivo que rompe la piel. Las heridas menores, como arañazos, rasguños o cortes, son muy habituales, no suelen ser graves y, normalmente, dejan de sangrar por sí solas o tras aplicar un poco de presión. Además, empiezan a curarse en pocos días. Generalmente, las heridas menores pueden tratarse en casa. Al hacerlo, es importante mantenerlas limpias y cubrirlas con un apósito o vendaje adhesivo para evitar infecciones.1-3

Algunas heridas pueden requerir más cuidados, sobre todo aquellas que sean profundas, no dejen de sangrar o sigan sucias después de haberlas limpiado. En estos casos, se recomienda que un miembro del personal médico o de enfermería examine la herida. También debes acudir al médico si la herida no se cura o si presenta signos de infección, como inflamación, dolor, enrojecimiento o pus.1,2

Una herida también puede sangrar durante un tiempo prolongado si la coagulación sanguínea no funciona adecuadamente debido a algún trastorno de la coagulación, como la hemofilia o la enfermedad de Von Willebrand (EVW). De hecho, sangrar durante más de 10 minutos tras hacerse un pequeño corte es uno de los síntomas típicos de la EVW. Otros síntomas habituales de esta enfermedad son los sangrados nasales frecuentes, la propensión a los hematomas y las reglas abundantes.4-6

Si te preocupa el sangrado de un pequeño corte, una herida menor o cualquier otro sangrado que hayas tenido, haz el test de sangrado en VWDtest.com.

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Regla abundante

Aproximadamente, una de cada cuatro mujeres presenta signos de sangrado menstrual abundante. Si no se trata, puede provocar déficit de hierro, anemia y cansancio. Los estudios han mostrado que el sangrado menstrual abundante también puede causar ansiedad y depresión, y afectar a tus interacciones sociales y actividad sexual.1-3

En determinados momentos, la regla puede ser más abundante de manera natural, por ejemplo, al inicio, tras un embarazo o durante la menopausia. Sin embargo, si tu regla dura más de 7 días o si necesitas cambiarte la compresa o tampón cada 1 o 2 horas y durante la noche, quizás tengas un sangrado menstrual abundante. Otros signos son la necesidad de utilizar dos tipos de productos de higiene juntos, manchar de sangre la ropa o las sábanas y expulsar grandes coágulos de sangre.2

Si te preocupa que tus reglas puedan ser demasiado abundantes o durar demasiado, usa esta sencilla herramienta para evaluar tu menstruación.

Existen diferentes causas y tratamientos para las reglas abundantes. Entre las causas se incluyen los desequilibrios hormonales, los medicamentos que ayudan a evitar los trombos, las afecciones del útero o de los ovarios y los trastornos de la coagulación hereditarios, como la enfermedad de Von Willebrand (EVW).3 Para conocer la causa de tus reglas abundantes, debes consultar con tu médico cualquier sangrado que hayas tenido. El médico te ayudará a escoger el tratamiento adecuado para ti.

Los investigadores han observado que los trastornos de la coagulación son los causantes de las reglas abundantes en aproximadamente una de cada cinco mujeres adultas. Aunque la EVW es el trastorno de la coagulación hereditario más frecuente, a menudo se pasa por alto como causa de este tipo de sangrados.4 Además, los tratamientos que pueden controlar el sangrado menstrual abundante en las mujeres con EVW no siempre evitan los sangrados después de un accidente o una cirugía. Estas mujeres también pueden presentar sangrados excesivos durante el embarazo, el parto y después del parto, por lo que es importante diagnosticar y tratar adecuadamente la EVW para reducir el riesgo de sangrados.4,5

Si tienes reglas abundantes o cualquier otro síntoma de sangrado, haz el test de sangrado en VWDtest.com.

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Para ayudarte a conocer mejor tu sangrado menstrual, los científicos han elaborado una sencilla tabla de evaluación del sangrado menstrual.

Descargar tabla de evaluación
Bibliografía
  1. Fraser IS et al. Int J Gynaecol Obstet 2015; 128:196-200.
  2. https://www.nhs.uk/conditions/heavy-periods/; último acceso en enero de 2023.
  3. https://www.acog.org/womens-health/faqs/heavy-menstrual-bleeding; último acceso en enero de 2023.
  4. Corrales-Medina FF et al. Blood Rev 2023; 58:101018.
  5. https://www.cdc.gov/ncbddd/EVW/women.html; último acceso en enero de 2023.

Sangrado operatorio y posoperatorio

Durante una operación quirúrgica, es de esperar que haya cierta pérdida de sangre o que el lugar de la incisión sangre levemente tras esta. El sangrado suele limitarse a la zona operada y el médico puede aplicar presión, coser o cauterizar el área para frenar el sangrado.1

En algunos casos, la pérdida de sangre durante o tras la cirugía es mayor a la esperada. Este tipo de sangrado excesivo puede producirse en el lugar de la incisión o en el interior del cuerpo, y podría dar lugar a complicaciones y requerir transfusiones de sangre intensivas, así como una hospitalización más prolongada.2-4

En la mayoría de los casos, el sangrado operatorio o posoperatorio se debe a lesiones en los vasos sanguíneos u otros órganos, o a puntos de sutura que se sueltan. También algunos medicamentos, como la aspirina o los anticoagulantes, pueden causar sangrados. Por último, ciertas enfermedades, como las enfermedades del hígado o del riñón, o algunos trastornos de la coagulación pueden provocar una pérdida excesiva o prolongada de sangre durante o tras la operación.2,5 El trastorno de la coagulación hereditario más habitual es la enfermedad de Von Willebrand, que a menudo no se diagnostica. Sin un tratamiento adecuado, las personas no diagnosticadas corren el riesgo de padecer un sangrado grave. No diagnosticar la EVW suele conducir a sangrados prolongados tras las cirugías, por ejemplo, tras extraer un diente o extirpar las amígdalas (amigdalectomía). Al igual que los sangrados nasales y los sangrados de encías, el sangrado operatorio y posoperatorio en estas intervenciones es un síntoma de la EVW.6,7

El sangrado posoperatorio puede empezar inmediatamente después de la cirugía o varios días después de esta y puede llegar a ser potencialmente mortal. Los signos de sangrado posoperatorio incluyen: sensación de mareo o dificultad para respirar, sensación de angustia o confusión, aumento de la frecuencia cardíaca y orinar menos de lo habitual. Además, el sangrado en la zona operada puede traspasar el vendaje que cubre la herida. Si tienes alguno de los síntomas anteriores, busca atención médica de inmediato.2

Por último, si tienes dudas sobre algún sangrado ocurrido durante o tras la cirugía o sobre otros síntomas de sangrado que hayas tenido, haz el test de sangrado en VWDtest.com.

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Bibliografía
  1. https://healthy.kaiserpermanente.org/health-wellness/health-encyclopedia/he.bleeding-after-surgery-care-instructions.abo3900; último acceso en febrero de 2023.
  2. https://www.drugs.com/cg/postoperative-bleeding.html; último acceso en febrero de 2023.
  3. Kozek-Langenecker SA et al. Eur J Anaesthesiol 2017; 34:332-95.
  4. Shah A et al. BJS 2020; 107:e26-e38.
  5. Curnow J et al. Surg J (NY) 2016; 2:e29-e43.
  6. Corrales-Medina FF et al. Blood Rev 2023; 58:101018.
  7. Leebeek FWG and Eikenboom JCJ. N Engl J Med 2016; 375:2067-80.

Fatiga y anemia

Sentir un exceso de cansancio, agobio o agotamiento de vez en cuando es normal. En general, es fácil identificar los motivos, por ejemplo, la falta de sueño o un exceso de estrés o ejercicio. En cambio, la fatiga implica sentirse constantemente demasiado cansado para realizar las actividades cotidianas sin ningún motivo aparente. Existen muchas causas para la fatiga: aspectos de tu estilo de vida, afecciones psicológicas, múltiples enfermedades o algunos medicamentos.1,2

Una de las causas físicas de la fatiga es la anemia,1 una afección muy común.3 Cuando se tiene anemia, la sangre no contiene suficientes glóbulos rojos sanos para transportar suficiente oxígeno a los pulmones y al resto del cuerpo. Sin oxígeno suficiente, las células del cuerpo no pueden funcionar correctamente, por lo que uno se siente cansado, débil y con frío.4,5 En la mayoría de los casos, la anemia se debe a un déficit de hierro, necesario para que los glóbulos rojos puedan transportar el oxígeno. Si no consumes suficiente hierro o si pierdes demasiada sangre, tendrás anemia por déficit de hierro. Al principio, este tipo de anemia puede ser tan leve que no se note. A medida que el déficit de hierro aumenta y empeora la anemia, los signos y síntomas se intensifican.5,6 Es una afección muy habitual en mujeres con reglas abundantes, puesto que la pérdida repetida de sangre termina agotando las reservas de hierro del organismo y provoca anemia y fatiga.7 Los sangrados menstruales abundantes y la anemia que provocan son síntomas particularmente frecuentes en mujeres con trastornos de la coagulación, como la enfermedad de Von Willebrand (EVW).8 Si presentas reglas abundantes u otros síntomas de sangrado, como sangrados nasales o sangrados de encías frecuentes, haz nuestro test de sangrado.

En la mayoría de los casos, la anemia por déficit de hierro puede tratarse con cambios en la dieta o tomando suplementos de hierro; sin embargo, si la causa de la anemia es más grave, tu médico te recomendará un tratamiento adecuado.3

Si sientes cansancio a menudo y crees que podrías tener reglas abundantes o anemia, haz el test de sangrado de VWDtest.com y habla con tu médico.

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